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JESÚS MARTÍN RODRÍGUEZ

No debemos buscar un mensaje en estos cuentos, que no son filosofía. Si acaso, un punto de vista, una llamada de atención, una reivindicación con voz inocente. Y, sin embargo, en estos cuentos nada es inocente, ni siquiera la inocente sonrisa de un niño. Por eso me atrevo a decir que el autor no lanza al mar el mensaje en una botella, ni da puntada sin hilo, ni dispara con balas de fogueo, palabras bellas carentes de sentido. Sus dardos son certeros, directos a la diana de la razón y del sentimiento.
Luis Leante

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